Redondo, redondo,
sin tapa, sin fondo.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
