Santa con nombre de flor,
y, a pesar de este retrato,
me confunden con zapato.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Se pone para dormir, aunque no es un camisón, puede ser de lana, seda o algodón.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
