Sin ella en la mano
ni entras ni sales,
ni vas a la calle.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Tiene agua y no es botijo, está siempre en el jardín. Cada vez que se enrosca, aunque no espanta a una mosca tiene pinta de reptil. ¿Qué será?
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Ya ves, ya ves, tan claro que es. No me la adivines de aquí a un mes.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Te lo digo y no me entiendes, no tengo boca y si tengo dientes
Del techo al suelo, cortada y fina, tela con vuelo.
