Son dos cortinas
en dos ventanitas
que bajando ocultan
dos niñas bonitas.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Atrás panza y delante espinazo, aciértamelo pedazo de ganso.
Pozo hondo, soga larga, y si no se dobla no alcanza.
Sólo tres letras tengo pero tu peso yo sostengo. Si me tratas con cuidado, te llevaré a cualquier lado.
Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.
En un huerto no muy llano hay dos cristalinas fuentes, no está a gusto el hortelano, cuando crecen las corrientes.
Formamos, como soldados, en una fila y somos carniceros toda la vida
Parecen persianas, que suben y bajan.
Una señora, muy enseñoreada, siempre va en coche y siempre va mojada.
Tengo un tabique en el medio y dos ventanas a los lados por las que entra el aire puro y sale el ya respirado.
Cuando sonríes asoman blancos como el azahar unas cositas que cortan y que pueden masticar.
