Son dos cortinas
en dos ventanitas
que bajando ocultan
dos niñas bonitas.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Atrás panza y delante espinazo, aciértamelo pedazo de ganso.
¿Cuál es la mitad de uno?
¿Quién seré yo que encerrada soy donde quiera que voy, me encuentro siempre mojada y al cielo pegada estoy.
Uno larguito, dos más bajitos, otro chico y flaco, y otro gordazo.
Del nogal vengo, y en el cuello del hombre, me cuelgo.
A muchos se lo suelen tomar si antes no se ha ido a pelar.
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Con ella vives, con ella hablas, con ella rezas y hasta bostezas.
Ordenes da, órdenes recibe, algunas autoriza, otras prohíbe.
Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.