Te la digo, te la digo,
te la vuelvo a repetir;
te la digo veinte veces
y no me la sabes decir.
más adivinanzas de costura y plancha...
Primero ciega, luego pincha y todo une mientras camina.
Pequeños, redondos, con agujeritos, valemos muy poco, solos o juntitos, mas de nosotros depende el buen vestir de la gente.
Una señora, muy aseñorada, tiene muchos dientes y se cose a puntadas.
Verde fue mi nacimiento y amarillo fue mi abril; tuve que ponerme blanco para poderte servir.
Dos hermanas diligentes que caminan al compás, con el pico por delante y los ojos por detrás.
Yo con mi hermana gemela andamos siempre al compás, con la boca por delante y los ojos por detrás.
Soy alta y delgada, tengo un ojo, hago vestidos y no me los pongo.
¿Quién es esa señora, que tiene la propiedad, de estirar bien lo arrugado y de arrugar lo estirado, con igual facilidad?
Largo, largo, como un camino y cabe en un «pucherino».
Si bien empiezo con bo, no soy bota ni botijo, ¡bobo, tonto!, ¡qué lo he dicho!
