Una caja en tu casa
que te sube y que te baja.
más adivinanzas de cosas de la casa...
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
¿Quién será la desvelada, lo puedes tú discurrir? día y noche está acostada y no se puede dormir.
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Quien me mira se refleja así nadie tendrá una queja.
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
Del techo al suelo, cortada y fina, tela con vuelo.
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
Aunque no hable, lo cuenta todo por cable.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
