Me pones y me quitas,
me tomas y me dejas,
conmigo no tiritas
y estoy hecho de madejas.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.