Como conoce la clave,
gira por su laberinto
y deja entrar al recinto.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Tengo dientes y no muerdo, desenredo con cuidado, caminos abro en tu pelo, ya sea liso o rizado.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Cuatro patas tiene, así como asiento; de ella me levanto y en ella me siento.
Un barbecho bien labrado, ni entra mula, ni entra arado.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
Aunque músculos no tengo, los techos yo sostengo.
En los baños suelo estar, aunque provengo del mar.
Tiene agua y no es botijo, está siempre en el jardín. Cada vez que se enrosca, aunque no espanta a una mosca tiene pinta de reptil. ¿Qué será?
