adivinanzas para niños

Un convento bien cerrado,
sin campanas y sin torres
y muchas monjitas dentro,
preparan dulces de flores.

 

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Llevo, sin ser arlequín, de colores mi librea, yo salgo de tarde en tarde y espero siempre a que llueva.

Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.

Un convento bien cerrado, sin campanas y sin torres y muchas monjitas dentro, preparan dulces de flores.

Soy una bola grandota, que gira constantemente, y que desea saber, dónde meter tanta gente. Si ya sabes quien soy yo eres muy inteligente.

Es una enorme naranja pero de zumo salado, los gajos se le suponen entre un par de meridianos.

Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.

Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.

Van y llegan, se llevan lo que traen y lo que traen se llevan

Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.

Vuela sin alas, silba sin boca, azota sin manos y tú ni lo ves ni lo tocas.