Caja llena de soldados,
todos largos y delgados,
con gorritos colorados.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Pequeña como una pera y alumbra la casa entera.
Con patas y espalda, no se mueve ni anda.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
Vivo en alta situación y en continuo movimiento, con exactitud presento del aire la dirección.
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Si me mojas hago espuma, con ojitos de cristal, y tu cuerpo se perfuma, mientras llega mi final.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.