Soy liso y llano en extremo,
y, aunque me falta la voz,
digo en su cara a cualquiera
la más leve imperfección;
contesto al que me pregunta
sin lisonja ni aflicción,
y si mala cara pone,
la misma le pongo yo.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Siempre andamos por el suelo de alcobas y de salones y en historias orientales hasta hacemos algún vuelo.
En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Muy bonito por delante y muy feo por detrás; me transformo a cada instante, pues imito a los demás.
De mi madre nací yo, sin fundamento de padre, y luego me he muerto yo y de mi nació mi madre.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Los tejados protejo y buenas canales dejo.
