Podrás tocarlos,
podrás cortarlos,
pero nunca contarlos.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Tiene grandes pabellones, pero no tiene habitaciones.
Como la piedra son duros, para el perro un buen manjar, y sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
Uno larguito, dos más bajitos, otro chico y flaco, y otro gordazo.
Del nogal vengo, y en el cuello del hombre, me cuelgo.
Con ella vives, con ella hablas, con ella rezas y hasta bostezas.
Sólo tres letras tengo pero tu peso yo sostengo. Si me tratas con cuidado, te llevaré a cualquier lado.
Cueva con treinta y dos machacantes que dispone de un solo habitante.
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Al dar la vuelta a la esquina tropecé con un convento, las monjas iban de blanco y el sacristán en el centro.
Si aciertas esta pregunta, te anotarás un buen tanto: ¿qué cosa acabada en punta tienes entre risa y llanto?