Alto, alto, como un pino,
pesa menos que un comino.
más adivinanzas de la naturaleza...
Muchas monjitas en un convento, visitan las flores y hacen dulces dentro.
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
Vuela sin alas, silba sin boca, azota sin manos y tú ni lo ves ni lo tocas.
En el cielo soy de agua, en la tierra soy de polvo, en las iglesias de humo y mancha blanca en los ojos.
Rompe y no tiene manos, corre y no tiene pies, sopla y no tiene boca, ¿Qué te parece que es?
Un convento bien cerrado, sin campanas y sin torres y muchas monjitas dentro, preparan dulces de flores.
Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.
Como el algodón suelo en el aire flotar, a veces otorgo lluvia y otras, sólo humedad.
Alas de mil colores y se pierden entre las flores.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
