Alto, alto, como un pino,
pesa menos que un comino.
más adivinanzas de la naturaleza...
Millares de soldaditos van unidos a la guerra, todos arrojan lanzas que caen sobre la tierra.
En el cielo soy de agua, en la tierra soy de polvo, en las iglesias de humo y mancha blanca en los ojos.
Nazco en lugares abruptos sin haber tenido padre y conforme voy muriendo va naciendo mi madre.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.
Vuela en el aire, pace en la tierra, se posa en los árboles, anda en la mano, se deshace en el horno y se ahoga en el agua.
Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
Tengo lecho y no me acuesto tengo curso sin ser maestro.
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
