Alto, alto, como un pino,
pesa menos que un comino.
más adivinanzas de la naturaleza...
Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.
Van y llegan, se llevan lo que traen y lo que traen se llevan
Llevo, sin ser arlequín, de colores mi librea, yo salgo de tarde en tarde y espero siempre a que llueva.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Como una peonza da vueltas al sol, gira que gira, sin tener motor.
Un convento bien cerrado, sin campanas y sin torres y muchas monjitas dentro, preparan dulces de flores.
