Alto, alto, como un pino,
pesa menos que un comino.
más adivinanzas de la naturaleza...
Nazco en lugares abruptos sin haber tenido padre y conforme voy muriendo va naciendo mi madre.
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
Un convento bien cerrado, sin campanas y sin torres y muchas monjitas dentro, preparan dulces de flores.
Viene del cielo, del cielo viene, a unos disgusta y a otros mantiene.
Tengo lecho y no me acuesto tengo curso sin ser maestro.
Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.
En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene no más.
Alas de mil colores y se pierden entre las flores.
Rompe y no tiene manos, corre y no tiene pies, sopla y no tiene boca, ¿Qué te parece que es?
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
