Ani lloró todo el día;
perdió lo que más quería
más adivinanzas de ropa y vestuario...
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura y en el rabo de los gatos.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
