Ani lloró todo el día;
perdió lo que más quería
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Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Se pone para dormir, aunque no es un camisón, puede ser de lana, seda o algodón.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
