Ani lloró todo el día;
perdió lo que más quería
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Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura y en el rabo de los gatos.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
