Aquí estamos doce hermanos;
yo, que el segundo nací,
soy el menor entre todos:
¿Cómo puede ser así?
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Me hallo en los escritorios y en las casas comerciales, todos me miran quien soy para ver lo que contengo. Mis días están contados y el día que voy a morir ya se sabe de antemano.
Doce caballeros, nacidos del sol, todos mueren antes de los treinta y dos.
Brazos tengo desiguales y a mi ritmo se mueven los mortales.
¿Qué día será, que entre el sábado y el lunes está?
Dos hermanas en la plaza, ambas marchan a la par, si una da doce vueltas, la otra una, nada más.
Somos sesenta mellizos, en torno de nuestra madre, tenemos sesenta hijitos y toditos son iguales.
Juntos dos en un borrico, ambos andan a la par, doce leguas anda uno y una el otro nada más.
Somos doce hermanos y yo el más chiquito; cada cuatro años me crece el rabito.
Doce palomitas en un palomar, a la hora y a los cuartos salen a volar.
¿Qué cosa, qué cosa es? que vuela sin tener alas, y corre sin tener pies.
