Con mi cara tan cuadrada,
lisa o con dibujitos,
resignada y por los suelos,
me repito, me repito…
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Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Tiene agua y no es botijo, está siempre en el jardín. Cada vez que se enrosca, aunque no espanta a una mosca tiene pinta de reptil. ¿Qué será?
No pienses que es una col, o que baila el chachachá; búscala sobre tu cama, que yo te la he dicho ya.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Está hecha de metal, de madera o de cristal y golpes siempre recibe cuando la entrada prohíbe.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Quien me mira se refleja así nadie tendrá una queja.
Aunque músculos no tengo, los techos yo sostengo.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
