Con mi cara tan cuadrada,
lisa o con dibujitos,
resignada y por los suelos,
me repito, me repito…
más adivinanzas de cosas de la casa...
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
En el buen tiempo a nadie marea, en cuanto llueve repiquetea.
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
Aunque soy iluminada siempre me tienen colgada.
