Cuatro patas tiene,
así como asiento;
de ella me levanto
y en ella me siento.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
Poseo dientes y ojos y para hacerme trabajar me has de meter en cerrojos.
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Sube llena, baja vacía, y si no se da prisa, la sopa se enfría,
Tengo patas bien derechas, mas no me puedo mover, llevo a cuestas la comida y no la puedo comer.
Aunque soy iluminada siempre me tienen colgada.
