De siete en siete vamos
cogiditos de las manos.
más adivinanzas sobre el tiempo...
Cuando apenas he nacido, mi vida se acaba al punto; aunque no soy el primero, lo sigo por todo el mundo.
Cada año nazco gordito y cada año me muero flaquito. ¿Qué soy?
¿Qué cosa no ha sido y tiene que ser, y que cuando sea dejará de ser?
Estoy condenado a un año y un día; si esto es cada cuatro, ¿mi nombre, sabrías?
Brazos tengo desiguales y a mi ritmo se mueven los mortales.
Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.
Nos llegan muy de mañana y se van mucho después, regresan cada semana y cuatro veces al mes.
Somos sesenta mellizos, en torno de nuestra madre, tenemos sesenta hijitos y toditos son iguales.
Un árbol con doce ramas, cada rama, cuatro hijas, cada hija, siete hijos, me dices ¿cómo se llama?
Aquí estamos doce hermanos; yo, que el segundo nací, soy el menor entre todos: ¿Cómo puede ser así?