Del techo al suelo,
cortada y fina,
tela con vuelo.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Me compran para dormir y me encanta sacudir. ¿Qué soy?
Lo usa el tendero para comer, lo lleva entero si sabes leer.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
Ya ves, ya ves, tan claro que es. No me la adivines de aquí a un mes.
Si me mojas hago espuma, con ojitos de cristal, y tu cuerpo se perfuma, mientras llega mi final.
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Tiene luna, no es planeta; tiene marco y no es puerta.
