Desde el día en que nací,
corro y corro sin cesar:
corro de noche y de día
hasta llegar a la mar.
más adivinanzas de la naturaleza...
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
Muchas monjitas en un convento, visitan las flores y hacen dulces dentro.
Alas de mil colores y se pierden entre las flores.
¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.
Como una peonza da vueltas al sol, gira que gira, sin tener motor.
Él es tío sin sobrinos, a todos calienta igual. Si no sabes de quién hablo, tras la primavera vendrá.
Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.
Lomos y cabeza tengo y aunque vestida no estoy, muy largas faldas mantengo.