adivinanzas para niños

Desde el día en que nací,
corro y corro sin cesar:
corro de noche y de día
hasta llegar a la mar.

 

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Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.

Muchas monjitas en un convento, visitan las flores y hacen dulces dentro.

Alas de mil colores y se pierden entre las flores.

¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?

Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.

Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.

Como una peonza da vueltas al sol, gira que gira, sin tener motor.

Él es tío sin sobrinos, a todos calienta igual. Si no sabes de quién hablo, tras la primavera vendrá.

Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.

Lomos y cabeza tengo y aunque vestida no estoy, muy largas faldas mantengo.