Dos hermanos sonrosados,
juntos en silencio están,
pero siempre necesitan
separarse para hablar.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebra, que es la madre del mentir.
En un huerto no muy llano hay dos cristalinas fuentes, no está a gusto el hortelano, cuando crecen las corrientes.
Atrás panza y delante espinazo, aciértamelo pedazo de ganso.
¿Qué planta será la que en el hombre está?
Si los abro veo si los cierro sueño.
Cueva con treinta y dos machacantes que dispone de un solo habitante.
Tengo un tabique en el medio y dos ventanas a los lados por las que entra el aire puro y sale el ya respirado.
Podrás tocarlos, podrás cortarlos, pero nunca contarlos.
Laterales parapetos, que van siempre por parejas, les encantan los secretos.
