En las manos de las damas
casi siempre estoy metido,
unas veces desplegado
otras veces recogido.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura y en el rabo de los gatos.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
