En las manos de las damas
casi siempre estoy metido,
unas veces desplegado
otras veces recogido.
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Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta lo uso un poquito.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
