En las manos de las damas
casi siempre estoy metido,
unas veces desplegado
otras veces recogido.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
