En las manos de las damas
casi siempre estoy metido,
unas veces desplegado
otras veces recogido.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.
Se pone para dormir, aunque no es un camisón, puede ser de lana, seda o algodón.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
