En las manos de las damas
casi siempre estoy metido,
unas veces desplegado
otras veces recogido.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.
Se pone para dormir, aunque no es un camisón, puede ser de lana, seda o algodón.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.