Es un campo colorado
con los surcos muy derechos;
muy en alto está situado
e inclinado de dos lados.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Está hecha de metal, de madera o de cristal y golpes siempre recibe cuando la entrada prohíbe.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Siempre andamos por el suelo de alcobas y de salones y en historias orientales hasta hacemos algún vuelo.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Yo tengo calor y frío, y no frío sin calor, y sin ser ni mar ni río, peces en mí he visto yo.
Del techo al suelo, cortada y fina, tela con vuelo.
