Es venta y no se vende,
es Ana, pero no es gente.
más adivinanzas de cosas de la casa...
En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.
Puede ser de Persia, puede ser de Ana, por más que se enrolle, se ve en la ventana.
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
Tiene un ojo y nada ve, por abrir no es cosa dura, sin embargo por cerrar, sí que cierra y sí que es dura.
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Tengo dientes y no muerdo, desenredo con cuidado, caminos abro en tu pelo, ya sea liso o rizado.
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
