Millares de soldaditos
van unidos a la guerra,
todos arrojan lanzas
que caen sobre la tierra.
más adivinanzas de la naturaleza...
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
Alas de mil colores y se pierden entre las flores.
Como el algodón suelo en el aire flotar, a veces otorgo lluvia y otras, sólo humedad.
No soy estación del Metro ni soy estación del tren, pero soy una estación donde mil flores se ven.
Lomos y cabeza tengo y aunque vestida no estoy, muy largas faldas mantengo.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.
Vuela sin alas, silba sin boca, azota sin manos y tú ni lo ves ni lo tocas.
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
Viene del cielo, del cielo viene, a unos disgusta y a otros mantiene.
