adivinanzas para niños

Nazco y muero sin cesar;
sigo no obstante existiendo,
y, sin salir de mi lecho,
me encuentro siempre corriendo.

 

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En verano barbudo y en invierno desnudo, ¡esto es muy duro!

Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.

Rompe y no tiene manos, corre y no tiene pies, sopla y no tiene boca, ¿Qué te parece que es?

Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.

Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.

Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.

Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.

Vuela sin alas, silba sin boca, azota sin manos y tú ni lo ves ni lo tocas.

Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.

Él es tío sin sobrinos, a todos calienta igual. Si no sabes de quién hablo, tras la primavera vendrá.