Nazco y muero sin cesar;
sigo no obstante existiendo,
y, sin salir de mi lecho,
me encuentro siempre corriendo.
más adivinanzas de la naturaleza...
No ves el sol, no ves la luna, y si está en el cielo no ves cosa alguna.
Lomos y cabeza tengo y aunque vestida no estoy, muy largas faldas mantengo.
Vuela en el aire, pace en la tierra, se posa en los árboles, anda en la mano, se deshace en el horno y se ahoga en el agua.
¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?
Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.
No soy estación del Metro ni soy estación del tren, pero soy una estación donde mil flores se ven.
Un convento bien cerrado, sin campanas y sin torres y muchas monjitas dentro, preparan dulces de flores.
Rompe y no tiene manos, corre y no tiene pies, sopla y no tiene boca, ¿Qué te parece que es?
Nazco en lugares abruptos sin haber tenido padre y conforme voy muriendo va naciendo mi madre.
Cuatro puntos son y para distinguirlos necesitamos del sol.
