Ni corre, ni vuela,
pero siempre te precede,
cuando vas o cuando llegas.
más adivinanzas de cosas de la casa...
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Aunque soy iluminada siempre me tienen colgada.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
Si me mojas hago espuma, con ojitos de cristal, y tu cuerpo se perfuma, mientras llega mi final.
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
Aunque tengo cuatro patas, yo nunca puedo correr, tengo la comida encima, y no la puedo comer.
Poseo dientes y ojos y para hacerme trabajar me has de meter en cerrojos.
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
Cuatro patas tiene, así como asiento; de ella me levanto y en ella me siento.
