No he de darte más razones,
sin mi perderías los pantalones.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
