Ordenes da, órdenes recibe,
algunas autoriza, otras prohíbe.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Al revolver una esquina me encontré con un convento, las monjas vestidas de blanco, la superiora en el centro, más arriba dos ventanas, más todavía un par de espejos y en lo más alto la plaza donde pasean los caballeros.
Uno larguito, dos más bajitos, otro chico y flaco, y otro gordazo.
Dos niños en un andén, por más que se acerquen, no se ven. ¿Qué es?.
Si aciertas esta pregunta, te anotarás un buen tanto: ¿qué cosa acabada en punta tienes entre risa y llanto?
Cuando sonríes asoman blancos como el azahar unas cositas que cortan y que pueden masticar.
Dos niñas asomaditas, cada una a su ventana, lo ven y lo cuentan todo, sin decir una palabra.
Del nogal vengo, y en el cuello del hombre, me cuelgo.
Son dos cortinas en dos ventanitas que bajando ocultan dos niñas bonitas.
Como la piedra son duros, para el perro un buen manjar, y sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
En la jirafa descuella, bajo la barba del rey, lo tiene cualquier botella, la camisa o el jersey.