Pisados, siempre en el suelo,
recibiendo malos tratos,
y sin señales de duelo.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
