Pisados, siempre en el suelo,
recibiendo malos tratos,
y sin señales de duelo.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
