Pisados, siempre en el suelo,
recibiendo malos tratos,
y sin señales de duelo.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
