Resuélveme este dilema:
«soy una, pero soy media».
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Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta lo uso un poquito.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.