adivinanzas para niños

Sin hablar puedo decir
lo que mi dueño ha pensado;
tengo un carro, aunque sin mula,
y me muero en tres espacios.

 

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Aunque sea tan pequeño, siempre separo y siempre detengo.

Blancos son los campos, las semillas negras, cinco son los bueyes que el arado llevan.

Sin hablar puedo decir lo que mi dueño ha pensado; tengo un carro, aunque sin mula, y me muero en tres espacios.

Dos son tres, tres son cuatro y cuatro son seis. ¿Qué son?

Soy blanca como la nieve, me ponen sobre una mesa, para escribir sobre mí cuanto venga a la cabeza.

Contengo todas las letras, los números y los signos, si me aprietan con los dedos escriben hasta los niños.

Cae de la torre y no se mata, cae en el agua y se desbarata.

Jamás aprendí a escribir y soy muy gran escribana y, con invención galana, te suelo siempre servir sin cansar tarde y mañana.

Sin ser árbol, tengo hojas, sin ser bestia, un buen lomo y mi nombre en cada tomo.

Llanura blanca con flores negras; cinco bueyes aran en ella.