adivinanzas para niños

Son mis colores tan brillantes
que el cielo alegro en un instante.

 

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Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.

Llevo, sin ser arlequín, de colores mi librea, yo salgo de tarde en tarde y espero siempre a que llueva.

Alto, alto, como un pino, pesa menos que un comino.

Lomos y cabeza tengo y aunque vestida no estoy, muy largas faldas mantengo.

Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.

¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?

Viene del cielo, del cielo viene, a unos disgusta y a otros mantiene.

En verano barbudo y en invierno desnudo, ¡esto es muy duro!

Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.

Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.