Te lo digo y
no me entiendes,
no tengo boca y
si tengo dientes
más adivinanzas de cosas de la casa...
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.
A la entrada de tu casa algo suena si lo aprietan y tu sales presurosa a abrir deprisa la puerta.
Un animalito con cuatro dientes, que nos trae comida muy diligente.
En el buen tiempo a nadie marea, en cuanto llueve repiquetea.
Pequeña como una pera y alumbra la casa entera.
Tiene un ojo y nada ve, por abrir no es cosa dura, sin embargo por cerrar, sí que cierra y sí que es dura.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Es verdad que tú le miras, es mentira que te ve, sois iguales uno al otro, está claro que eres él.
