Te lo digo y
no me entiendes,
no tengo boca y
si tengo dientes
más adivinanzas de cosas de la casa...
Ni corre, ni vuela, pero siempre te precede, cuando vas o cuando llegas.
Si me mojas hago espuma, con ojitos de cristal, y tu cuerpo se perfuma, mientras llega mi final.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Un animalito con cuatro dientes, que nos trae comida muy diligente.
Tiene agua y no es botijo, está siempre en el jardín. Cada vez que se enrosca, aunque no espanta a una mosca tiene pinta de reptil. ¿Qué será?
Golpe va, golpe viene y en su puesto se mantiene.
Me compran para dormir y me encanta sacudir. ¿Qué soy?
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
