Te lo digo y
no me entiendes,
no tengo boca y
si tengo dientes
más adivinanzas de cosas de la casa...
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Durante el verano escondido, en el invierno encendido.
Tiene un ojo y nada ve, por abrir no es cosa dura, sin embargo por cerrar, sí que cierra y sí que es dura.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
Vivo en alta situación y en continuo movimiento, con exactitud presento del aire la dirección.
Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar, si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Tiene luna, no es planeta; tiene marco y no es puerta.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
