Tengo cinco habitaciones,
en cada una un inquilino,
en invierno cuando hace frío,
están todos calentitos.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura y en el rabo de los gatos.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».