Tienen justo cinco dedos
como la mano;
se rellenan en invierno,
se vacían en verano.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.