Tienen justo cinco dedos
como la mano;
se rellenan en invierno,
se vacían en verano.
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Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta lo uso un poquito.
Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.