Tienen justo cinco dedos
como la mano;
se rellenan en invierno,
se vacían en verano.
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Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
Soy de piel o paño gordo y me adhiero a tu cuerpo, para que no pases frío cuando llega el invierno.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
