Un convento bien cerrado,
sin campanas y sin torres
y muchas monjitas dentro,
preparan dulces de flores.
más adivinanzas de la naturaleza...
Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.
No soy estación del Metro ni soy estación del tren, pero soy una estación donde mil flores se ven.
Muchas monjitas en un convento, visitan las flores y hacen dulces dentro.
Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.
¿Qué es, qué es, que te da en la cara y no lo ves?
Como una peonza da vueltas al sol, gira que gira, sin tener motor.
Alas de mil colores y se pierden entre las flores.
Es una enorme naranja pero de zumo salado, los gajos se le suponen entre un par de meridianos.
Viene del cielo, del cielo viene, a unos disgusta y a otros mantiene.
Como el algodón suelo en el aire flotar, a veces otorgo lluvia y otras, sólo humedad.