Van y llegan,
se llevan lo que traen
y lo que traen se llevan
más adivinanzas de la naturaleza...
Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
No soy estación del Metro ni soy estación del tren, pero soy una estación donde mil flores se ven.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
Aparece por delante, por los lados, por la espalda, te descuidas un instante y te levanta la falda.
Alto, alto, como un pino, pesa menos que un comino.
Vuela en el aire, pace en la tierra, se posa en los árboles, anda en la mano, se deshace en el horno y se ahoga en el agua.
Nazco en lugares abruptos sin haber tenido padre y conforme voy muriendo va naciendo mi madre.
Como una peonza da vueltas al sol, gira que gira, sin tener motor.
En el cielo soy de agua, en la tierra soy de polvo, en las iglesias de humo y mancha blanca en los ojos.
