Van y llegan,
se llevan lo que traen
y lo que traen se llevan
más adivinanzas de la naturaleza...
Son mis colores tan brillantes que el cielo alegro en un instante.
Vuela en el aire, pace en la tierra, se posa en los árboles, anda en la mano, se deshace en el horno y se ahoga en el agua.
Cuatro puntos son y para distinguirlos necesitamos del sol.
Millares de soldaditos van unidos a la guerra, todos arrojan lanzas que caen sobre la tierra.
En las regiones polares se encuentra en todos los mares.
Un convento bien cerrado, sin campanas y sin torres y muchas monjitas dentro, preparan dulces de flores.
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.
Es una enorme naranja pero de zumo salado, los gajos se le suponen entre un par de meridianos.
Girando toda su vida, toda su vida girando y no aprendió a ser más rápida da una vuelta y tarda un día, da otra vuelta y tarda un año.
