Van y llegan,
se llevan lo que traen
y lo que traen se llevan
más adivinanzas de la naturaleza...
Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.
En el cielo soy de agua, en la tierra soy de polvo, en las iglesias de humo y mancha blanca en los ojos.
En el campo soy hallada y al fuego alimento. Donde quiera que soy llevada, es para darme tormento.
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
Es tan humilde y tan buena que hasta se deja pisar; para el almuerzo y la cena la vaca la va a tomar.
En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene no más.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
Como una peonza da vueltas al sol, gira que gira, sin tener motor.
Soy una bola grandota, que gira constantemente, y que desea saber, dónde meter tanta gente. Si ya sabes quien soy yo eres muy inteligente.