En las manos de las damas
casi siempre estoy metido,
unas veces desplegado
otras veces recogido.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
