Rodeo cuellos y cuellos,
tanto de ellas como de ellos.
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Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.