adivinanzas para niños

Hoy cuando me levanté,
puse uno en cada pie.
Como no son los zapatos,
dime tú… ¿qué puede ser?

 

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En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.

Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.

Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.

Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.

Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?

Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.

Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.

El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.

Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.

Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta lo uso un poquito.