Con dos patas encorvadas
y dos amplios ventanales
quitan sol o dan visión
según sean sus cristales.
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Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.