En tus manos estoy limpio,
en tus ventanas me ensucio,
si sucio, me ponen limpio,
si limpio, me ponen sucio.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.