En tus manos estoy limpio,
en tus ventanas me ensucio,
si sucio, me ponen limpio,
si limpio, me ponen sucio.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta lo uso un poquito.