Santa con nombre de flor,
y, a pesar de este retrato,
me confunden con zapato.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
Soy de piel o paño gordo y me adhiero a tu cuerpo, para que no pases frío cuando llega el invierno.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.
Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.