Viene del cielo, del cielo viene,
a unos disgusta y a otros mantiene.
más adivinanzas de la naturaleza...
Sin vacación en sus cursos, al principio son pequeños, suelen nacer en montañas y morir de marineros.
Kilómetros mido, hectolitros llevo, kilovatios doy, hectáreas mantengo.
Nazco y muero sin cesar; sigo no obstante existiendo, y, sin salir de mi lecho, me encuentro siempre corriendo.
Lleva años en el mar y aún no sabe nadar.
Vuela sin alas, silba sin boca, azota sin manos y tú ni lo ves ni lo tocas.
En verano barbudo y en invierno desnudo, ¡esto es muy duro!
Muchas monjitas en un convento, visitan las flores y hacen dulces dentro.
Nicanor tenía un barco y con él surcaba el río; ¿era este un barco pequeño o este era un gran navío? Lee despacio, Encarnación, y hallarás la solución.
Desde el día en que nací, corro y corro sin cesar: corro de noche y de día hasta llegar a la mar.
Lomos y cabeza tengo y aunque vestida no estoy, muy largas faldas mantengo.