Sin ella en la mano
ni entras ni sales,
ni vas a la calle.
más adivinanzas de cosas de la casa...
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
Doy vueltas y no soy tiempo, un secreto sé guardar, si no me cuidan, me pierdo. ¿Con mi nombre sabrás dar?
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Yo tengo calor y frío, y no frío sin calor, y sin ser ni mar ni río, peces en mí he visto yo.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Aunque no hable, lo cuenta todo por cable.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.