Campo blanco,
flores negras,
un arado,
cinco yeguas.
más adivinanzas de libros y escritura...
Muy chiquito, chiquitito, que pone fin a lo escrito.
Tengo hojas sin ser árbol, te hablo sin tener voz, si me abres no me quejo, adivina quien soy yo.
Campo blanco, semilla negra, dos que la ven, uno que la siembra.
Todas las palabras sé y, aunque todas las explico, nunca las pronunciaré.
Corta bien y no es cuchillo, afila y no es afilador, y te presta sus servicios para que escribas mejor.
Con mis hojas bien unidas, que no me las lleva el viento, no doy sombra ni cobijo, pero enseño y entretengo.
Nunca bien supe escribir pero soy gran escribano; bien que te puedo servir, si me tomas en tu mano.
Como una ametralladora se escucha mi tableteo; pero estoy en la oficina, que mi oficio no es guerrero.
Blancos son los campos, las semillas negras, cinco son los bueyes que el arado llevan.
Soy blanca como la nieve, me ponen sobre una mesa, para escribir sobre mí cuanto venga a la cabeza.
