Con varillas me sostengo
y con la lluvia voy y vengo.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
