Dos buenas piernas tenemos
y no podemos andar,
pero el hombre sin nosotros
no se puede presentar.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
