Dos buenas piernas tenemos
y no podemos andar,
pero el hombre sin nosotros
no se puede presentar.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
